Los globos del cielo

Carnavaaales...

Sí Pedrito ya se que a ti te encantan los globos del cielo,
pero lamentablemente no compartimos gustos

Febrero, febrero, mes de paranoia total. La preparación para salir en un dia de carnavales empieza en mi cuarto. Cuidadosamente evito usar cualquier tipo de ropa blanca. Salgo a la calle mirando de un lado a otro esperando no encontrarme con algún enano armado de baldes, pistolas, globos o cualquiera de esas otras armas letales. Y en cuanto hallo mi horizonte despejado camino apresuradamente a la mototaxi más cercana que me lleve a la avenida. Subo al carro y cojo la ventana preparada para cerrarla ante cualquier ataque sorpresa. Y es que no existe otra manera de pasar este mes sin ser mojada, manchada, atacada, talqueada .. y dejenme decirles que por lo que he visto.. hasta manoseada.

Solamente en este mes uno puede ver lo dañina que puede ser el agua, sobre todo si no es solo H20 lo que posee. Y para aquellos que piensan que exagero con lo del agua, deberían echarle un vistazo a ciertos barrios en donde agua es lo que rogaría... en donde juegan con lejía, acido muriático, pintura, tinner, y cualquier otro material. Como pueden ver a estos barrios ha llegado la publicidad de Clima de Cambios y se dan cuenta de lo horrible que es deperdiciar el agua... nuestra gran fuente de vida.

Desde muy pequeña he odiado el mes de mi cumpleaños, tan solo por la estúpida tradición carnavalesca que le da el derecho a cualquier persona de deliberadamente "atacar" al primer extraño indefenso que pase por su camino. Y siempre me han pasado ideas desesperadas para evitar a los molestos tiraglobos, ya que andar con un cuaderno en la mano no es suficiente. Ideas como andar con un muñeco envuelto en una manta de bebé, disfrazarme de policía, usar impermeables o hasta salir con muletas. Ya que como pueden ver, mis fobias suelen expandir mi imaginación hacia límites inimaginables.

Sin embargo, ante mi gran sorpresa y anticipandome al final del mes, hoy celebro no haber sido mojada ... ni siquiera un poquito. No sé si será la amenaza de la policía, el respeto que me dan los años (18, las canas empiezan a florecer) o que simplemente está pasando de moda, pero ha disminuido la cantidad de globos rotos en las calles. Y justo el día domingo, cuando vi caer los primeros globos de este verano desde una ventana, no cayeron sobre mí.. sino sobre una feliz y cariñosa pareja que caminaba enajenada adelante mio. Sí... fue un gran UFFFF de mi parte, pues corrí rápidamente hacia la acera del frente.

Ahora tan solo me queda esperar una semana más, para acabar con mi paranoia y volver a mi casi normal vida. Y empezar con nuevas paranoias y fobias hasta la llegada de un nuevo febrero.

M.M.